>SLACKLINE
Caminaré sobre las cuerdas
La disciplina crece y suma: entre edificios, sobre el agua y con trucos. Cuatro equilibristas locales dan su testimonio.
- 17.01.2013 | Por Brenda Salva especial para el suplemento sí!
Más allá del termómetro general y de redes sociales, hay un avance concreto : falta muy poquito para su institucionalización, porque el proyecto de la primera y única escuela de slack en Argentina ya está en poder de la Municipalidad de San Isidro: sólo resta la aprobación para abrir las puertas a equilibristas.
Los herederos de una disciplina que nació de la travesía de dos escaladores del Valle de Yosemite (California, EEUU) se reúnen diariamente en distintos puntos de la ciudad porteña: Plaza Francia, Plaza Las Heras o República de la India y Libertador. El grupo de Facebook Los Locos de la Cinta, que actualmente tiene 1200 miembros activos, los mantiene conectados todo el tiempo. Pero más conexión tiene la cinta con esos cuerpos que vuelan por los aires y que por momentos, si los viera Stan Lee, seguro crearía algún superhéroe alado.
FEDERICO TRIGLIO
"El cuerpo pasa a otro lado"
Federico Tiglio (23) tenía 20 años cuando salió a correr por los
Bosques de Palermo y se topó con unos pibes que caminaban arriba de una
cinta. Poco tiempo después, pasó de ser un observador a un slackliner. Y
más: su hazaña es haber cruzado entre edificios altos: “Hice Highline
en un edificio de gran altura, tenía entre diez y doce pisos, junto a un
grupo de Slackliners que hacía tiempo veníamos entrenando. Tomamos
todas las medidas de seguridad posibles, arneses de escalada y un
importante sistema de tensión entre los dos extremos. Es una actividad
que se está haciendo en la Ciudad, pero no lo recomendamos para los que
recién arrancan.”
–¿Qué cambió en tu vida?
–En realidad, el cambio lo noté cuando el resto de mis actividades comenzaron a mejorar y eso se debía al equilibrio. Yo pensaba que la práctica quedaba ahí arriba de la cinta.
–¿Qué es lo que sentís cuando apoyás los pies en la cinta?
–El cuerpo pasa a otro estado, pasa a que tu suelo firme es una línea que se mueve mucho y que vos inconscientemente estás manejando cada parte del cuerpo para que ese movimiento sea equilibrado y uno pueda mantenerse ahí arriba.
–¿Y tu experiencia en altura?
–Aunque parece que después de una o dos veces se pierde el susto, por lo menos en mi caso, nunca lo perdí.
–¿Qué es lo más extraño de esta práctica?
–La sensación más rara de todas es no tener nada debajo de los pies, es estar caminando en el vacío. La sensación que genera la altura nos juega en contra: requiere que utilicemos nuestra fortaleza mental.
–¿Qué cambió en tu vida?
–En realidad, el cambio lo noté cuando el resto de mis actividades comenzaron a mejorar y eso se debía al equilibrio. Yo pensaba que la práctica quedaba ahí arriba de la cinta.
–¿Qué es lo que sentís cuando apoyás los pies en la cinta?
–El cuerpo pasa a otro estado, pasa a que tu suelo firme es una línea que se mueve mucho y que vos inconscientemente estás manejando cada parte del cuerpo para que ese movimiento sea equilibrado y uno pueda mantenerse ahí arriba.
–¿Y tu experiencia en altura?
–Aunque parece que después de una o dos veces se pierde el susto, por lo menos en mi caso, nunca lo perdí.
–¿Qué es lo más extraño de esta práctica?
–La sensación más rara de todas es no tener nada debajo de los pies, es estar caminando en el vacío. La sensación que genera la altura nos juega en contra: requiere que utilicemos nuestra fortaleza mental.
JUAN PABLO VADAGNEL
"Es como una terapia "
Hace equilibrio y no contento con eso pega volteretas asombrosas.
Salta, da el pecho contra la cinta, se incorpora y vuela para caer en el
pasto de la plaza. Juan Pablo Vadagnel tiene 33 y lo cuenta en primera
persona: “Jugué al vóley, jugué al fútbol y gracias a un amigo que
practicaba escalada llegué al slack. Cuando me subí, no podía quedarme
parado y veía a mi amigo moverse para un lado y para el otro, y no lo
podía creer. Un día me atreví, le pedí la cinta, me fui al río y pude
dar mis primeros pasos con una cinta plana. Arranqué a los veintiseis y
fue muy loco, porque la gente se arrimaba y se sumaba”, recuerda.
–¿Percibís cambios en tu vida luego de practicar slackline?
–Sí, todos. Me sacó de una angustia que no me dejaba avanzar ni ver con claridad el camino correcto. Es como una terapia, todos los pensamientos que tenés se borran, te enfocás en el presente. Dejás de lado los problemas de tu casa o de tu laburo. Es un deporte que requiere mucha concentración y hace que te olvides de todo.
Esto lo dice el subcampeón del torneo de Sierra de los Padres, efectuado en diciembre del año pasado.
–¿Cuánto le dedicás al entrenamiento?
–Me subo entre cinco y seis veces a la semana. Casi siempre en Zona Norte, donde vivo, pero si pinta una juntada en la ciudad, vamos y colgamos donde sea. Hay chicos por toda la capital, además está bueno porque con la práctica conocés a mucha gente, que viene a mirar, que se sube y vuelve a los encuentros.
–¿Percibís cambios en tu vida luego de practicar slackline?
–Sí, todos. Me sacó de una angustia que no me dejaba avanzar ni ver con claridad el camino correcto. Es como una terapia, todos los pensamientos que tenés se borran, te enfocás en el presente. Dejás de lado los problemas de tu casa o de tu laburo. Es un deporte que requiere mucha concentración y hace que te olvides de todo.
Esto lo dice el subcampeón del torneo de Sierra de los Padres, efectuado en diciembre del año pasado.
–¿Cuánto le dedicás al entrenamiento?
–Me subo entre cinco y seis veces a la semana. Casi siempre en Zona Norte, donde vivo, pero si pinta una juntada en la ciudad, vamos y colgamos donde sea. Hay chicos por toda la capital, además está bueno porque con la práctica conocés a mucha gente, que viene a mirar, que se sube y vuelve a los encuentros.
>MARTIN ROCA
"Para entenderlo hay que hacerlo"
Se acomoda la mano, la mueve en semi círculos. Hace muy poco le
sacaron un yeso que no le impidió subir a la cinta y hacer algo que rige
su vida, el equilibrio. Martín Roca (26) nació en Los Angeles y, a
pesar de que lleva más tiempo en Argentina que en su país natal, aún
conserva el acento y cierta terminología yankee. Después de atravesar
una crisis provocada por una ruptura amorosa y la pérdida de un buen
trabajo, slack se coló en su vida.
Martín tiene una particularidad en el universo del slack. Es el único practicante que logró un backflip en la cinta: esto es un salto mortal para atrás, que además está registrado en un video de YouTube.
“Empecé a entrenar hace 8 años, aunque siempre hice deporte. Buscaba expresar mis emociones a través de la acrobacia y apareció el slack. Desde ese momento, le dedico entre cuatro y ocho horas a la cinta, todos los días.
Tengo un laburo de medio tiempo en una pizzería, que me lo permite”.
–¿Cómo fue tu primer cruce entre edificios?
–Las primeras personas que cruzaron edificios fuimos un amigo y yo. Cruzamos un segundo piso en Palermo, estaba abandonado y, además, era la inauguración de una peluquería de amigos. Para este 2013, mi objetivo es hacer el primer backflip en altura. No tenemos ningún rollo ni bandera política, pero logramos subir a Macri a la cinta en la inauguración del Parque de los Niños en Costanera.
–¿Cuál es la clave arriba?
–Desarrollar un buen nivel de autoconciencia. Practicar ayuda mucho y te encontrás en la cinta con tu peor enemigo, que sos vos. Empezás a escuchar tu respiración, los latidos de tu corazón, te percibís como nunca antes. Para entenderlo, hay que hacerlo.
Martín tiene una particularidad en el universo del slack. Es el único practicante que logró un backflip en la cinta: esto es un salto mortal para atrás, que además está registrado en un video de YouTube.
“Empecé a entrenar hace 8 años, aunque siempre hice deporte. Buscaba expresar mis emociones a través de la acrobacia y apareció el slack. Desde ese momento, le dedico entre cuatro y ocho horas a la cinta, todos los días.
Tengo un laburo de medio tiempo en una pizzería, que me lo permite”.
–¿Cómo fue tu primer cruce entre edificios?
–Las primeras personas que cruzaron edificios fuimos un amigo y yo. Cruzamos un segundo piso en Palermo, estaba abandonado y, además, era la inauguración de una peluquería de amigos. Para este 2013, mi objetivo es hacer el primer backflip en altura. No tenemos ningún rollo ni bandera política, pero logramos subir a Macri a la cinta en la inauguración del Parque de los Niños en Costanera.
–¿Cuál es la clave arriba?
–Desarrollar un buen nivel de autoconciencia. Practicar ayuda mucho y te encontrás en la cinta con tu peor enemigo, que sos vos. Empezás a escuchar tu respiración, los latidos de tu corazón, te percibís como nunca antes. Para entenderlo, hay que hacerlo.
Y Madonna también lo hizo
Enrique Ruete y Luis People son los slackliners que hace muy poco
tiempo se encontraron haciendo cinta con el brasilero Carlos Neto y el
ruso Jaan Roose, respectivo bailarín y maestro de Madonna. La reina del
pop suele bromear con Roose llamándolo The Machine. “El domingo después
de haber salido con nosotros a ver La Bomba de Tiempo, Rocco lo llamó a
Neto a la habitación del hotel para hacer slackline, pero él se negó
diciéndole que estaba hiper cansado. No contento con eso Madonna le
pidió que baje y así terminamos todos haciendo slack en un parque”,
cuenta Enrique Ruete que recuerda muy bien el porte de dos
guardaespaldas que le seguían la sombra a Rocco Ritchie.