lunes, 17 de diciembre de 2012

El chico que soñaba con una cerilla

Un fotógrafo ruso armó una serie de 61 obras basadas en fósforos incinerados, llamas & humo.
Qué sucede si dejamos que el fósforo se consuma y lo vemos ennegrecerse lentamente? Un fotógrafo ruso convirtió a sus pequeños incinerados en modelos de fotografías. Stanislav Aristov, autonombrado PolTergejst, tiene treinta años y sorprende con su serie de imágenes con fosforitos chamuscados.
El PolTergejst de las fotos dice que los fósforos son un buen material para la creación de cualquier trabajo artístico y junto con el humo, pueden lograr cuadros magníficos. “El trabajo tiene 61 obras y ninguna de ellas fue planeada, se fueron acomodando solas. Me llevó más de un año. Luego de este trabajo me convocaron a la exposición de fotografía más importante de Rusia”, se entusiasma Stanislav ante el Sí!
La Torre Eiffel, una araña bajando de su tela, una lamparita encendida y otras tantas imágenes forman parte de la serie Flame Shapes (Formas de la llama) que incluye llamitas y humo.
–¿Hay alguna inspiración?
–No creo que provenga de nada la inspiración, simplemente está a nuestro alrededor. Mis obras son objetos simples, hechos con materiales simples. Pero la influencia de este largo trabajo viene de las cerillas de Alexey Bednij, un genio que hace lo que quiere con pequeños objetos.
–¿Qué harás ahora?
–Empecé un nuevo proyecto con peras transformadas en objetos cotidianos. Pero quiero lograr un cierre con las frutas y arrancar con otra cosa antes de aburrirme. Por eso hay que cerrarlo. Para ver su trabajo: www.500px.com/PolTergejst
En http://www.si.clarin.com/chico-sonaba-cerilla_0_828517146.html
Federico Andahazi

Gutenberg revisionado

Una novela histórica acerca de los orígenes de la imprenta y la literatura

Por Brenda Salva.

Federico Andahazi se define como un hombre muy pudoroso, pero parece difícil de creer cuando uno ingresa en su mundo. Su primera novela, El anatomista ganó el premio Fundación Fortabat en 1997, y de ahí en más no dejó de sorprender con cada libro. Arrasan en ventas, son traducidos a numerosos idiomas. Después de su ensayo Historia sexual de los argentinos, vuelve a la novela de la mano de El libro de los placeres prohibidos.

¿Cómo fue volver a escribir novela luego de los tres ensayos sobre la sexualidad argentina?
En principio debo decir que mi medio natural es la narrativa, la novela y la verdad es que me siento como pez en el agua. Hacía varios años que tenía ganas de volver al agua. Lo cierto es que la novelística te permite una libertad que el ensayo histórico no te da, de modo que uno está mucho más ceñido en el trabajo de investigación histórica. En cambio acá, si bien también se trata de hacer un trabajo de reconstrucción histórica, los márgenes de libertad para reconstruir la historia son mucho mayores.

¿Hay elementos de ficción en El libro de los placeres prohibidos?
La historia tiene dos ejes, en principio está estructurada como un policial que inicia con un crimen, después el lector nota que ese crimen es uno de una serie de asesinatos dentro de un burdel. El otro escenario es el juicio a Gutenberg. La reconstrucción biográfica de Gutenberg es completamente fiel. Es un trabajo que me implicó muchísimos viajes, mucha investigación, estuve revolviendo archivos en Alemania, en Berlín, en Mainz, de modo que me encontré con un personaje muchísimo más complejo de lo que imaginaba. Pero fundamentalmente, muy distinto de lo que nos enseñaron en la escuela. Si nos preguntan quién fue Gutenberg, inmediatamente contestamos que fue el inventor de la imprenta, que es el padre del libro tal cual lo conocemos, etcétera. Justamente eso no fue Gutenberg, él jamás inventó una imprenta. En realidad lo que él fabrica, es una máquina para falsificar manuscritos, en esa época valían una fortuna, eran años de trabajo de copistas, de iluminadores, encuadernadores. Un libro valía lo equivalente a una casa lujosa en cualquier ciudad europea.
Además de que eran muy pocos los que sabían leer. Menos los que sabían escribir. Gutenberg se asocia con un artesano y con un banquero y juntos le dan forma a esta máquina.

Empezaste con la idea del thriller y terminaste redescubriendo la vida oculta de Gutenberg.
Éste es un dato de un valor asombroso por varias razones. En principio porque me cuesta entender cómo puede ser que hasta el día de hoy no se haya hecho público la condición de estafador de Gutenberg. Es una novedad contrapuesta a todos los trabajos biográficos. Una de sus primeras biografías está plagada de halagos, es una apología fantástica. Las únicas bibliografías de Gutenberg son los juicios que padeció, no existen otras. En Alemania él es un héroe nacional y nadie está demasiado interesado en que se diga otra cosa. Lo asombroso es que Gutenberg fue procesado por diversas estafas. Hay un archivo que me resultó impresionante que es el juicio que le inicia Ennelin, una jovencita a la que le prometió matrimonio y en realidad lo que hizo fue utilizar el dinero de su padre para crear la máquina falsificadora. La iglesia se encuentra con un gran problema. La buena noticia es que se podía difundir con mucha más facilidad La Biblia, lo cual no era sencillo porque los libros sagrados debían ser manuscritos. No era tan fácil admitir esto del libro impreso. Por otra parte, los libros sagrados eran muy pocos y había un libro por sobre todo los demás, el Libri voluptatum prohibitorum, que es el que le da título a la última obra.

Te concebís como un escritor vulgar. ¿Por qué?
La literatura, afortunadamente, dejó de ser sagrada justo cuando aparece la imprenta, porque los libros eran sagrados cuando eran manuscritos, cuando tenían que sostener el dogma religioso, pero a partir de la invención de la imprenta, el libro se vulgarizó. Se empezó a divulgar y ahí es donde surge la literatura, la narrativa, la novelística, esto que antes no existía, surge con la imprenta. La literatura es profundamente profana y en este sentido es patrimonio del vulgo.

¿En qué punto se unen el sexo y la literatura?
La literatura y la sexualidad están hechas de la misma materia. Y es el deseo. Eso que tanto le molesta a la iglesia y es algo con lo cual el clero no puede hacer nada. Frente a determinadas actitudes la iglesia podía prohibir enormes cosas, menos el deseo. De ninguna manera pueda prohibirse, por más que de alguna manera se pretenda erradicarlo o limitarlo, no se puede actuar sobre él. Ésa es la sustancia con la que está hecha la literatura.

El final del libro es paralizante. ¿Es real?
Sí, es real. Muchas veces la literatura tiene este carácter asombroso, que nos termina sorprendiendo a nosotros mismos. A veces lo que está concebido como una ficción uno se encuentra que está sustentado por algo que no creía existente. Pero sí, es cierto.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Para enamorarte una y otra vez.

Si Jorge no lo logra,  no sos un ser humano. Preocupate.

Reina azúcar

Una artista canadiense se dedica a hacer graffitis con un material atípico: glaseado de pastel. ¡Dulce!

Reina azúcar

  • 29.11.2012 | Por Brenda Salva, Especial para el Suplemento Sí!
Lamiendo paredes. Los murales se pueden comer.
Reina azúcar
Graffitis hay por todos lados, pero ninguno como los de la canadiense Shelley Miller. O, por lo menos, no con los materiales que ella usa. ¿Con qué se hacen estos deliciosos diseños callejeros? Ni con aerosol ni con pintura: con glaseado de pastel.
Miller tiene 37 años y la mitad de su vida dedicada al arte y el diseño. En su hogar comenzó a utilizar azúcar para adornar objetos y muebles y no contenta con ello, empezó a decorar las paredes. “Quería hacer referencia a las épocas de exceso. Estaba interesada en la idea de ‘gusto’ en términos de diseño y decoración, me gustó el hecho de que era un tipo de decoración utilizado para imitar otro tipo de decoración”, cuenta la artista al Sí!
Shelley hace reproducciones exactas de murales hechos con baldosas cerámicas, que representan escenas históricas de la industria azucarera y su vínculo con el tráfico de esclavos y la colonización. Gran parte de su obra se puede ver en su web: www.shelleymillerstudio.com –¿Cuántos murales hiciste con glaseado de pastel?
–Unos once murales, todos con dulce en las paredes de Canadá. Y todos ellos completamente comestibles, incluso los colores que se usan en la decoración de pasteles son comestibles.
–¿Cuáles son tus proyectos?
–Voy a estar en un festival de arte callejero en Saskatoon, Canadá, en julio de 2013 y una exposición sobre el azúcar en Sydney, Australia, en octubre de 2013. Tengo muchas ganas de ir a Buenos Aires y ponerle un poco de azúcar y dulce a sus paredes.
En: http://www.si.clarin.com/Reina-azucar_0_820117992.html
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