sábado, 11 de diciembre de 2010

La madrugada de la sandía. ¡Y feliz año nuevo!


Heme aquí. Soltera, 26 años, estudiante encaprichada de periodismo. Emancipada hace dos meses. Dando vueltas por mí casa, a las cuatro y doce minutos de la madrugada del día sábado 11 de diciembre. Me dediqué a la ardua tarea de cortar en cuatro pedazos una gustosa sandia. El hambre me carcomía –o auto carcomía- la boca del estómago.
Recién hoy comencé mis esperadas vacaciones laborales y decidí disfrutarlas a mi manera. Haciendo casi nada, o lo mínimo indispensable. Sin tanta presión del reloj y del tiempo. Sin despertarme a las ocho AM a pesar de haberme acostado y dormido a las 4 de la mañana… Estas son las consecuencias. Un hambre urgente y un sutil dolor de cabeza que me dice que ya dormí lo suficiente.
Estoy soltera. De novia, pero soltera. Casi peleada, y lamentablemente no me molesta. ¿Lamentablemente? Bueno, tal vez no tan lamentable.
Estoy, o todos estamos, a un par de días de finalizar este 2010. Y recién pensaba en lo que me falta para completar mis objetivos 2010 en estas dos semanas. (Ya comenzaron a cantar los pajaritos… en breve saldrá el sol y seguramente me vuelva a dormir). ¿Acaso comienzo a creer que lo que no hice en el transcurso del año, lo podré cumplir en dos simples semanas? Bueno… según. Por ejemplo, no cumplí con mis expectativas académicas. No rendí la cantidad de materias que tendría o me hubiese gustado sacar. De hecho, logré casi nada… Y no pienso aclarar cuantas materias saqué, sería una humillación casi o totalmente pública.
Por otro lado: amor… ay, del amor… patéticamente incorrecto. Me enamoré de un señor mayor, sí. Bien mayor. Una especie de editor chiflado que padecía de alguna forma el síndrome de Peter Pan. Es simple, el tipo no quiere crecer. Y así lo demostró, seduciendo a una  estúpida niña de 25 años que flotó en sus fantasias con la ilusión de encontrar un hombre que le pueda enseñar la puerta de la vida… Y quizá lo hizo: le enseño la puerta… de salida. ¡Ilusa! ¿Vos te creíste que un tipo de 46 años se iba a enamorar de tu estupidez de niña de mamá ni siquiera emancipada? Todavía sigo esperando la lección o la moraleja de la experiencia. Porque para darle el broche de oro a esa “ruptura” no tuve mejor idea que volver con mi ex. Que, vale aclarar, hace pocos días me dijo que le daba la impresión de que nuestra vuelta fue “la opción más lógica, porque si te quedabas con ese viejo, a tu plenitud de la vida, al tipo había que estarle cambiando los pañales o aguantando su senilidad”. Otro tema. El ex... tremendo concepto que abarca cientos de cosas. Sí, por vos lo digo. Si te enojas por lo que publico, es tu tema, es tu problema. Haceme juicio por injurias, calumnias o lo que quieras. Acá no te pongo el nombre y el apellido, "al que le calce el guante..." Sabes como termina esto...

Mido 1,65, peso casi 57 kilos. Es la primera vez que peso tanto en mi vida. Siempre estuve en los casi 50 kilos hasta que cumplí los 25. Me cambió todo, la panza vuelca sobre el jeans ajustado, que antes se veía sexi, ahora se ve patéticamente asexuado, los famosos flotadores se hacen ver, y se ríen cuando aún tengo hambre. Y el resto del cuerpo… bien, gracias.
Hoy me desperté a una hora de entrar a mi malversado trabajo. Opté por un café de Starbucks a media mañana. Sin nada sólido. Creyendo que lo podía aguantar, el mareo del mediodía me sumergió en una ensalada calórica de papa y huevo que terminó por cerrarme el apetito hasta esta hora. La madrugada de la sandia.
Dije que el primer día de mis vacaciones comenzaría el gimnasio. ¿Seguirá estando el gym el lunes?
Comencé a escribir este año para una revista, como colaboradora, pero me encanta. Cumplí tres años en el diarito barrial del que también soy parte. Comí mucho sushi, tomé mucho Gancia, volví a buscar el cigarrillo en momentos de soledad, sobre todo cuando mi amigo virtual no está conectado en el MSN. Un amigo que conozco desde que tengo 12 años, y del que volví a encontrarme gracias al gran Facebook. Que dicho sea de paso, mi actual novio lo hackea de vez en cuando. No, no lo odio.

Y bueno…. Como dicen las mujeres que quieren llenar su vacío en público: “Y bueno… nada”. Termina el año, recién comienzo mi vida independiente en una casita simpática, rodeada de las cucarachas de verano, un par de plantas, mi notebook, un nuevo celular que me busca todo el tiempo, el hometheather de un solo parlante, un par de libros leídos y otros no. Una sandía por la mitad y un millón de ganas de ponerle el sentido real a mi vida. Y por supuesto, de comenzar un nuevo año con muchas risas, exitos y sorpresas...
¡Feliz 2011, zoquetines!
Por Nadia Brenda Salva

sábado, 20 de noviembre de 2010

El amor no existe


Cupido, luego de ser clavado por la espalda.
El amor no existe. Es una idea que me ha costado digerir pero, después de muchos años, la he comprendido, abrazado y adoptado como mía. Desde que somos pequeños nos enseñan a pensar que ese conjunto de desequilibrios fisiológicos que experimentamos cerca de aquellos que nos atraen, física o intelectualmente, se llama amor y que es capaz de mover montañas; que es necesario para poder tener una relación de pareja exitosa; que si nunca hemos amado, entonces, no hemos vivido; que los besos sin amor saben a desgano; que el mejor sexo, es el sexo con amor; en fin, una retahíla de quimeras que no trae nada positivo consigo.

En nombre del amor se atropella, engaña y decepciona, incluso se asesina; se han escrito tantas canciones de amor, como estrellas hay en el universo; tantos libros como gotas de agua en el mar; tantos poemas, refranes, tratados, teorías, tanto de esto, de aquello, tanto de todo que la gente termina perdiendo hasta la última gota de sentido común. El desequilibrio emocional, la pérdida de control, un constante estado de letargo y una torpeza extraordinaria, son los síntomas que invaden a todas las víctimas de esta atroz invención humana.

No tiene caso negarlo, mucho menos mentir al respecto. Yo también fui su víctima. Yo también llegué a estar embriagada por esa idea de “amar” a alguien y en nombre de ese sentimiento fui capaz de hacer cosas que no considero, ni consideraba entonces, correctas o dignas; pero nada de eso importaba si a cambio podía mantener a mi lado a esa persona que me daba lo que tanto había anhelado, que me hacía sentir todo eso que siempre había querido… pero todas las historias, cuentos y relatos tienen un final; todas las ilusiones se esfuman cuando las salpica la más mínima gota de realidad; los sueños, las esperanzas, todo eso que acompañaba a la efímera idea de “estar enamorado”, todo se evapora dejando una amarga carga de vacío, un olor a desesperanza, y un empalagoso deseo de venganza. Nos invade la desesperación porque no sabemos cómo recuperar eso que perdimos; entonces pasamos del letargo de la ilusión, al aturdimiento de la aversión; de la dulce torpeza del distraído, al vulgar descuido del abandonado; todo esto consecuencia de haber alimentado indiscriminadamente, tal como nos enseñaron, a ese fantasma con grillete que resulta el “amor”.

El amor no existe. No es un ingrediente indispensable para la receta de la felicidad. No es la última Coca-Cola del desierto. No lo inventó la reina del arroz con pollo. No hace que las mañanas sean más o menos frías, o que las noches sean más cortas o menos largas. No nos hace mejores, pero puede hacernos peores. No ganamos nada cuando lo aceptamos, pero perdemos todo cuando se nos escapa de las manos. ¿Por qué razón arriesgarlo todo por algo tan etéreo, cuando nos podemos garantizar la felicidad eterna planificando nuestro futuro con precisión científica? ¿Por qué abrir las puertas al desequilibrio sentimental, cuando la seguridad emocional nos espera a la vuelta de la esquina?

El amor no existe. Por lo menos no en esta vida, no en este planeta, no en esta realidad. No existe en la profundidad de su mirada. Nunca ha estado en la ternura de sus besos, ni en el calor de sus caricias. No se esconde en mi cabeza cuando recuerdo su respiración, ni camina por mi espalda, como lo hacen sus dedos, cuando no está. No alimenta de suspiros mis pulmones, porque no deambula la ciudad. No acelera mi corazón porque no le doy cuerda, ni dejo la rienda suelta para que paste a libertad. No. Yo no.



Brenda Salva, desde la habitación más oscura y pulcra de su casa. Y la única...

miércoles, 27 de octubre de 2010

Los entretelones de un rescate sin precedentes: “La odisea de los 33”

Estuvieron más de dos meses bajo tierra chilena, eran 33 mineros que convivieron en una pseudo oscuridad y con extremas condiciones ambientales como para no pelearse cada dos por tres con algún compañero de caverna. Si bien la historia fue real, y desencadenó el interés de numerosos medios comunicaciones del mundo, también es real que después de un intenso salvataje, que por supuesto, el actual presidente chileno se casi auto coronó por la hazaña, hubieron extrañas repercusiones sobre la indemnización que le corresponde a un hombre por sobrevivir dos meses bajo tierra.
Y aunque estos puntos a continuación parezcan caricaturescos, no tienen nada que envidiarle a la fantasía de cualquier película cómica:
Los mineros rescatados

1)      Por sobrevivir a 69 días en el túnel, los mineros fueron invitados a ver partidos del Real Madrid y el Manchester United, mientras otra entidad los invitó a pasar una semana en las islas griegas.
2)      El cantante argentino Diego Torres, les envió un mensaje sobre el histórico rescate a estos trabajadores, a través de su canal oficial de YouTube.
3)      La marca de gafas de sol,  Oakley distribuyó decenas de sus anteojos Radar que fueron vistas por millones de televidentes cada vez que un minero llegaba a la superficie. Cuestan US$260 en EE.UU.
4)      Mientras los mineros eran rescatados, salía por Internet un videojuego llamado “Los 33”, que  permitía salvar mineros gracias a una copia animada del ducto y de la cápsula “Fénix”.
5)      El minero fanático de Elvis Presley recibió invitación para visitar “Graceland” la casa del astro en la que vivió 20 años hasta su muerte el 16 de agosto de 1977
6)      El ya famoso rescate, tuvo más audiencia en Internet que funerales de Michael Jackson. Se registraron más de 5,3 millones de visitas entre el martes y el miércoles de la semana de la liberación.
7)      Venden por Internet merchandising y recuerdos del rescate. Ofrecen desde collares de plata hasta ediciones “históricas” con el rescate en las portadas de los diarios USA Today y Start Tribune.
8)      Los mineros comieron cada 48 horas dos cucharadas de atún, medio vaso de leche y media galleta, además de compartir un tarro de duraznos en conserva entre los 33 operarios.
9)      Para no aburrirse, destinaron una zona para crear un mini casino donde jugaban cartas, dominó y un juego popular con dados conocido como cacho.
10)  El minero que se le descubrió tres mujeres, será la imagen de Men’s Quality. Una clínica de salud sexual masculina que quedó totalmente atraída por la historia sentimental de Yonny Barrios, por lo que esperan ver su rostro en sus carteles y comerciales de TV.



Millonarios, famosos y partícipes de una historia que circuló por todo el mundo, los mineros aún, y por mucho tiempo más, cargaran con esa cruz tan deseada pero muy peligrosa, llamada fama…


¿No será que realmente arriba de esos 700 metros encontraron la verdadera jaula?

Por N.B.S

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Analogía de la vaca: crónica de un viaje apretado y una estética obligada



En el mundo en el que vivimos siempre tratamos de explicar todo con metáforas, aforismos o analogía. Por ejemplo, para entender lo que Jesús quiso decir en el relato de la Biblia, siempre usó parábolas. Y parece que eso lo ayudaba, porque nadie puede decir que no se acuerda del pan que se hizo kilos y el agua que se transformó vino y que además alimentó a varios comensales.
Se me ocurre que las vacas también son una especie desdichada, tal como lo es el ser humano, que en varias ocasiones se transforman en un personaje de analogía no muy agraciado.


Cierto día de semana, a cierta hora pico, el subte demoró más de lo común en llegar a la estación, al escuchar la señal que afirmaba su llegada, una considerable cantidad de pasajeros comenzaron a colmarse en las inmediaciones del andén del subterráneo. Con un empujonzazo colectivo, entraron 20 personas en un solo vagón y comenzó la interminable odisea.
¡No aprieten por favor! ¡Dejen de subir! ¡No puedo respirar! ¡Me quiero bajar!, se escuchaba todo tipo de órdenes al aire, tratando de ser escuchadas y siempre ignoradas. Un fuerte aroma rancio y casi ácido inundó el vagón de los tripulantes apelmazados. Una risa capciosa que buscó sonrisas cómplices, delató la flatulencia respirada por todos los pasajeros que viajaban tan pegados como podían y fue ahí en ese justo momento donde se escuchó de una voz muy ronca: ¡Esto es una vergüenza nacional, viajamos como ganado, parecemos todos vacas a punto de llegar al matadero! Y las vacas del vagón mugieron lentamente mientras una se apegaba a la otra tratando de que más vacas entraran en cada estación. Algunas vacas protegían a sus novillos con las manos, otras vacas escuchaban música desde sus reproductores portátiles, otras vaquillonas se maquillaban el hocico dueñas de un asiento con varios pretendientes. También había toros, que mascaban pasto perfumado a menta en las orejas de las vacas, otros toros observaban sus presas montadas en otras presas. Y la chicharra del subte sonó alertando la llegada de la unidad a destino, todo el ganado descendió del subte con un feroz galope a las escalinatas.
Dos pasajeras iban charlando muy entretenidas, una de ellas lucía grandes gafas de sol y la otra iba comiendo un alfajor blanco. La mujer de gafas se percató de la cantidad de calorías que aporta un simple alfajor y no pudo evitar acotar: ¡Querida, mirá todo lo que estás consumiendo! ¡Te vas a volver una vaca, por favor, cuídate, que el verano está cerca! Y de golpe la mujer de anteojos saludo afectuosamente a la vaca que engullía con vistoso placer el pedazo de alfajor blanco.

Uno se pone a reflexionar sobre la vida de la vaca y la nefasta metáfora que se ganó:
Porque la vaca nace para vivir en un ganado que siempre termina encerrado en un corral solo para comer, y como come todo el día, luce gorda y flácida, para que después sea más deliciosa su carne para algún comensal que la pide y espera con baba en las comisuras de la boca. En conclusión, la mujer no lo sabe, pero si detenidamente se pone a pensar, una vaca no tiene mucho que envidiar….

Por Nadia Brenda Salva

jueves, 9 de septiembre de 2010

Cheque fácil con cobro difícil.


Un juego con trampa

El sentido común dictamina que si uno participa de un concurso o sorteo -y gana- le corresponde un premio. Sería la lógica a seguir cuando las expectativas al juego llegan a su punto de éxtasis final. Cuando no sucede esto, y al ganar, uno se encuentra con la frustración de que le corresponde un premio y nada ni nadie se lo otorga, el resultado puede llegar a convertirse en un momento bochornoso.

Por Jessica Bond


El famoso diario Clarín fue el encargado de lograr que la alegría de varios participantes de un juego que prometía ganadores y premios, se convirtiera en una ocasión penosa para muchos. Como bien se sabe, un ganador merece un premio y para Clarín, sus ganadores son sólo un número, igual que en todas las situaciones (el ciudadano no es tratado como tal, sino como un número entre todos) de la cotidianeidad.

El juego de azar que proponía dicho diario consistía en juntar falsos cheques con un monto determinado, y si en las siguientes ediciones del diario salía publicado el mismo monto que el impreso en el cheque, el portador del cheque ganaba ese dinero al instante. Y tenía el derecho de cobrarlo. Dependiendo la cantidad de dinero, los lugares a cobrar cambiaban. Y ésta es la pequeña historia de una participante que ganó, sufrió, se enojó, peleó, luchó, lloró, caminó y hasta gastó dinero de su bolsillo para llegar a cobrar lo que le pertenecía.

Porque no era tan sencillo como Clarín lo había publicado, y como la gran mayoría de los representantes telefónicos lo venían diciendo en repetidas comunicaciones telefónicas con quién escribe este descargo.

El cheque era de un monto de $910 que debían ser cobrados en cualquier sucursal de OCA. Y digo cualquier sucursal porque explícitamente Clarín había publicado que hasta $1000 ganados el cheque ganador se cobraba en la sucursal de correos más cercana. Y no fue así. Recorrí cuatro sucursales de OCA en el transcurso de mí largo día, en tres de ellas me decían que el cheque no tenía premio mientras tenía en línea un representante de “Cheque Fácil” que me decía que sí se podía cobrar pero que no tenían una solución para mí. Era más simple darme media vuelta en el local de correos y dirigirme cansada y fastidiada a mi casa, sin mi recompensa, a pesar de ser merecida y tener el derecho de cobrarla.

Pero no fue así, seguí insistiendo porque todavía creo que es positivo luchar por lo que a uno le corresponde. Llamé nuevamente al call center de “cheque fácil”, era la cuarta vez que me comunicaba con un representante que no sabía darme respuestas ni soluciones. Pero en esta ocasión un muchacho altanero me ordenó dejar de gastar crédito en el celular, dirigirme a otra sucursal de correos y además tomarme una queja. Le pregunté para qué la queja, si él no me estaba dando ninguna solución a mi problema. Ni siquiera pudo decirme que el trámite tenía un tiempo para que se acreditase el monto, o que debía ir a una sucursal especifica para cobrarlo (que no es lo mismo que decir que me recorra media ciudad de Buenos Aires para ver si en alguna tengo suerte), luego terminó cortándome la comunicación. Como es debido volví a marcar ese teléfono, mientras que personal de OCA me decía que estas situaciones son comunes desde los concursos o sorteos que organiza Clarín, que hasta un par de ganadores tuvieron que ir a hacer su descargo a Clarín y que algunos hasta se daban media vuelta y dejaban de insistir. Al volver a llamar, lo único que recibí fue un sonido agudo que casi me dejó sorda. Volví a discar y nadie levantó la llamada. Un cliente que iba a mandar un sobre me sugirió que llamara con el teléfono desconocido así no registraban mi llamada. Y eso fue lo que hice, pero la ira comenzó a subir como un volcán a punto de erupcionar cuando un representante contestó mi llamada. No tuve suerte. Y es paradójico, porque tuve suerte de ganarme casi $1000, pero no tuve suerte para cobrarlo fácilmente.

Había pasado cuatro horas de mi lucha para cobrar mi premio, me dirigí casi resignada a otra sucursal del correo y allí, después de tanto tormento, cobré lo que me correspondía. Y la conclusión es: ¿Por qué merecemos este trato? Sólo participamos con la esperanza de ganar algo y nos encontramos con situaciones vergonzosas, penosas, tristes. E increíbles, porque no puede ser que seamos únicamente un número y que a nadie le importe lo que reclamamos, que justamente son derechos que nos corresponden y se niegan hasta el cansancio. ¿Esto era un juego o un calvario?

lunes, 30 de agosto de 2010

La vida de un libro...

Un libro nace de un conjunto de inquietudes en búsqueda de respuestas. Nace desde lo profundo de un autor sin que este se de cuenta de que algo está por nacer. Ese es un libro, el que acumula letras y palabras en cientos de hojas y guarda leída tras leídas tantas miradas como caricias en las páginas.

El libro recién asoma al mundo cuando aparece el punto final de la obra, cuando alguien se atreve a leerlo y a citar algunas de sus frases. De repente tiene tapa, color, dureza y tamaño. La historia ya tiene una casa donde refugiar su contenido a la espera de tantas visitas como los años se lo permitan. La mano del autor posa su dermis en el trabajo hecho realidad, concreto como un sueño realizándose. Y ahí está, una obra digna de ser tocada y admirada en cada renglón. Ese olorcito a virgen que a muchos cautiva y hasta enamoran. Siempre es una delicia ser el primero en… algo. El primero en tocar ese libro nuevo es toda una responsabilidad. Se compra, se osa llevarlo en el bolso a todos lados y se responde ante su contenido. Hay que consumirlo, y pronto. Muy pronto, aguantando lo prohibido de chusmear la última hoja que determina la historia. El poder de no adelantarse es todo un reto.

Hay algunos que los prefieren viejos y rancios, pero repletos de vivencias y experiencia en cada página. Para ellos es un deleite encontrar marcas, frases, subrayados y resaltados en párrafos. Uno lee la historia del autor, y el comentario de su seguidor. Uno se transforma en parte de una ceremonia que no fue invitado y quizás sucedió años atrás, pero de todas maneras se invitó solo y el libro pasa a ser un objeto cómplice de la metida de nariz de un sexagenario lector de una obra vieja.

Trae un perfume especial un libro manoseado por extraños y un color ámbar apunto de convertirse en ocre amarronado con dolor en los pliegues y dobleza en las puntas. Surte temor mover la página 40, ese miedo que solo se desencadena cuando una hoja transmite una futura caída sin retorno. También pasamos a ser una especie de curandero fácil pero esmerado. La cinta adhesiva bien puesta le da unos añitos más al engendro de papel.

Se cuente la historia que se cuente, un libro es:

mágico, viejo, nuevo, malo, bueno, regular, pésimo, brillante, encolarizante, misterioso, oloroso, temeroso, bondadoso, sincero, humano, borroso, asqueroso, hermoso, tierno, dulce, benigno, amarillo, blanco, duro, pequeño, grande, hojudo, difícil, fácil, simple, complejo, atrayente, seductor, colérico, apestoso, tachado, dibujado, pegado, cortado, recortado, subrayado, técnico, poético, literario, disciplinario, estructurado, bien formado, ruidoso, silencioso, pesado, liviano, caro, barato, peludo, suave, filoso y generoso…

Nadia Brenda Salva

lunes, 2 de agosto de 2010

Cómo ser un Ninja con bajo presupuesto en tres pasos

¿Quién no soñó con pegar esa maravillosa patada de Jean Claude Van Dame? ¿Quién no quiso enfrentarse con su peor enemigo tal como puede hacerlo Steven Segal en sus películas? Bien, no necesariamente la industria hollywoodense es la responsable de crear un Ninja de película en pocos meses, ahora y con estos pequeños y accesibles pasos, cualquiera puede ser un gran artemarcialista.

En cualquier lugar se puede comenzar a entrenar fácilmente. Hasta viajando en autobús se puede trabajar movimientos de lucha, de fuerza, respiración y equilibrio. Antes de ir a trabajar, a la escuela, lavándose los dientes y la cara por la mañana, también se puede entrenar.

En primer lugar: el equilibrio es lo principal. Por eso una clave importante es intentar viajar en el autobús parado y sin agarrarse de ningún lado, tratar de mantener el equilibrio aún cuando se doble por la esquina. Si se logra llegar a destino sin tomarse de ningún lado y sin caerse, se habrá logrado uno de los principales requisitos del Ninja.
Este equilibrio también puede ser entrenado al colocarse los pantalones por la mañana sin apoyarse en la pared al meter las piernas. Parece sin sentido y de poca importancia, pero los pequeños detalles de la vida cotidiana ayudan al crecimiento artemarcialista.

En segundo lugar: tensión corporal y respiración. En cualquier momento, hasta sentados frente al ordenador del trabajo, se pueden trabar los muslos de las piernas y endurecer los puños con sólo apretarlos y mantener por unos segundos la respiración. Los movimientos de rotación de muñecas y tobillos son sumamente importantes, ya que los golpes del Ninja siempre son circulares al momento de impactar al adversario.


En tercer lugar: conseguir un buen video. Si la idea es convertirse rápidamente en un ninja, alquilar un buen video de peleas viene bien. Mirar los movimientos lentamente y abusar del botón de pausa constantemente para frenar las imágenes y ver las técnicas, funciona. Luego, tratar de imitar los movimientos lo más parecido posible, ayuda a completar este simple entrenamiento al camino del ninja. Uno de los videos recomendados son: Batman Inicia, Operación Dragón, The Big Boss, Karate Kid y cualquiera de Mortal Kombat.


Bruce Lee fue un gran exponente de las artes marciales y decía que un buen luchador debía conocer su cuerpo hasta el extremo de poder bajar y subir las palpitaciones y el ritmo cardíaco. Les recordaba a sus discípulos que esto podía lograrse siempre que supieran controlar su respiración y la tensión muscular de sus cuerpos.

Por Nadia Brenda Salva

jueves, 22 de julio de 2010

El juego del 2010 en vísperas del 2011

¿Cuantos te comés en lo que dura uno de los juegos más viejos del mercado?

http://94.75.243.167/

martes, 13 de julio de 2010

THE BIZARREN TEST! Enterate, ¿sos frígida o ninfómana?

Te presento el siguiente test en el que te encontrarás a vos misma. Hacelo, no tengas miedo, que seguramente te reconocerás en varias de las alternativas descriptas más abajo. Y no le temas a tu sexualidad, naciste de ella y morirás para ella. ¡A disfrutar!

Esto es así, vas a tener que elegir una de las opciones con las que te identifiques mejor de las tres que se te presentan. Si sumás la mayor cantidad de opciones “a”, tu resultado debajo del test se ajusta más a tu personalidad, así como la mayor cantidad de opciones b y c.

1) Cuando querés tener un momento placentero, pensas en:

a)Masajearte los juanetes de los pies
b)Fantasear con una noche de lujuria con los hombres de tus sueños
c)Pasarle aceite en el cuerpo a las bailarinas de Tinelli

2) Cuando elegís una cena distinta, preparas:

a)El baño maría para la comida congelada que sobró en año nuevo
b)Una salchicha o zanahoria, dos huevos duros, pepino y mucha crema batida
c)El teléfono de la pizzería

3) Cuando te acostás y te toca elegir la programación en la tele, ponés:

a)Los misterios de la biblia en Discovery
b)The Film Zone después de las 12 AM
c)El Garage, con Dolores Barreiro conduciendo encima de un Rolls Roys

4) Si tenés que vestirte diferente esta noche, elegís:

a)El batón de la tía Maite, el de las flores naranjas
b)El vestidito que muestra toda la espalda por arriba de las rodillas. Ese negro brilloso
c)La misma ropa que usé en todo el día, pero me peino

5) Si tenés que elegir un regalo soñado, pedís:

a)La colección completa de Pimpinela
b)El trajecito de colegiala con cola less
c)Un disco externo para la compu porque se está quedando sin memoria

6) Un fin de semana de película es aquel en el que:

a)Tengo tiempo para limpiar todo y acomodar las fotos de hace una década
b)Me tomo todo el alcohol del mundo en medio del plantel del Liverpool
c)Me quedo en una habitación todo el día con Mónica Ayos y Nicole Neumann

Si la mayoría de las respuestas son A, sos Frígida
No te gusta ni siquiera pronunciar la palabra sexo, mejor decís “relaciones, coito, cópula o unión de cuerpos”. Crees que el sexo es sinónimo de suciedad y si te toca un hombre te lavas con agua y jabón. Preferís una tarde de tortas fritas y televisión por cable a una salida. Si te dan a elegir entre una noche de descontrol y locura y una noche romántica, elegís el teléfono de protección a la mujer y una aspirina. Cuando vas a comprar a los chinos te poner roja con solo ver la caja de condones. En una palabra: sos una estúpida miedosa que se va a morir virgen creyendo que el himen te hace mujer.

Sí la mayoría de las respuestas son B, sos ninfómana.

Seguro que ya te metieron en cana tres veces por fornicar en la vía pública y seguro que te volteaste a todos los de la comisaría para quedar en libertad. Sos de las que no le importa el que dirán y te acostás con tu jefe para ascender y con tus compañeros de laburo para no discriminar. Y te dicen gauchita no por haber nacido en La Pampa. Sos de esas intrépidas que lo probó todo: dos, tres, cuatro, al derecho y al revés y hasta en el subte. Decís dos palabras y tres son sobre sexo. No podés comerte una banana sin aguantar la risa, y sos la primera en ofrecerse para ir a comprar a la panadería lo de siempre: flautitas, vigilantes y churros. En la escuela tocabas la flauta y en la facu llevabas el micrófono. En una palabra: afloja un poco o a tus treinta vas a tener que someterte a una operación de reconstrucción vaginal para reconocértela.

Sí la mayoría de las respuestas son C, sos hombre y no deberías estar haciendo este Test. Pasá a la siguiente página que la nota que viene seguro es para vos: “Por atrás es mejor”…

domingo, 11 de abril de 2010

Los juguetes más inútiles del mercado


¿Quién no fue un inocente niño que cada vez que pasaba por la vidriera de una juguetería rompía en llanto cuando papá no atinaba siquiera a entrar? ¿Quién no ha hecho un berrinche por el juguete deseado en navidad mientras recibía cualquier otro chiche? Todos fuimos niños pedigüeños, inquietos y creativos, que nos creíamos cualquier cosa que dijera la tele y además siempre, pero siempre anhelábamos lo que tenía nuestro vecinito compañero de escuela. Suerte, que además siempre existió el mercado del juguete y a veces nos sorprendían de tal forma con el nuevo juguete que salía en la televisión y por desgracia, perseverábamos en la lucha para lograr que papá y mamá vayan a la búsqueda de nuestro deseado juguete. Aquí daremos un paseo por esos “juguetes” inútiles que todos teníamos que tener.
Por Nadia Brenda Salva

Corrían los noventa y la onda de los años ochenta y toda su idiosincrasia iba quedando atrás y cada vez se acercaba el nuevo milenio. Todo estaba en vísperas de actualizarse para un mundo preparado para el futuro. Pero he aquí un detalle: muchas veces el futuro no quiere decir evolución o progreso. En ocasiones es sinónimo de la venida de un mañana sin sentido o escaso. Para dar un claro ejemplo de que la mediocridad existía hasta en los más vulnerables seres –los niños- a continuación se nombran ciertos juguetes que estuvieron de moda y nunca, pero nunca resultaron un estimulante para los infantes, y además se volvieron sumamente masivos.

1) El Tamagotchi: es una mascota virtual creada en 1996 por Aki Maita y comercializada por Bandai. El Tamagotchi es un aparato con forma de huevo del tamaño de la palma de la mano que tiene una pantalla en blanco y negro pixelada, donde se puede ver a la mascota virtual. Debajo de la pantalla hay 3 botones que permiten moverse por el menú para:
Darle de Comer.
Llevarlo al baño.
Actividades.
Regañarle o felicitar.
Curarlo de alguna enfermedad.
Mensajes.
Libreta.
Televisión.
Música.
Llegó a su apogeo en 1999, cuando llega a América de contrabando (ya que no estaba permitido su exportación), en 2001 su popularidad bajó pero recientemente ha habido un nuevo interés en el.

2) El Tiki Taka: se trata de un juguete de malabares que consiste en dos esferas de plástico sostenidas por un mismo cordel entrelazado especialmente con un aro, considerado como eje, que proporciona simetría entre las esferas y el cordel.

El objetivo del juego consiste en sostener el mayor tiempo posible el golpeo en equilibrio rotacional del par de esferas.

3) El cubo de Rubik: se trata de un conocido rompecabezas cuyas caras están divididas en cuadrados de un mismo color que se pueden cambiar de posición. El objetivo de resolver el rompecabezas se consigue al colocar todos los cuadrados de cada cara del cubo con el mismo color. Se ha estimado que se han vendido más de 350 millones de cubos de Rubik o imitaciones en todo el mundo. Su sencillo mecanismo sorprende tanto desde el punto de vista mecánico, al estudiar su interior, como por la complejidad de las combinaciones que se consiguen al girar sus caras.
En el cubo típico, cada cara está cubierta por nueve cuadrados de un color sólido. Cuando está resuelto, cada cara es de un mismo color.

4) La payana: es un juego que se practica con cinco piedras pequeñas u objetos similares, que consiste en ir tomándolas del suelo al tiempo que se arroja una de ellas al aire y se vuelve a tomar sin que caiga al piso. En este juego se debe equilibrar cierta cantidad de piedras en la palma extendida de la mano. La idea es lanzar las piedrecillas verticalmente con la palma al cielo extendida en posición horizontal y, mientras dura su trayectoria, invertir la orientación de la palma para recibirlas. El juego va aumentando su dificultad como lo es desde tirar las 5 piedras al suelo, seleccionar una, tirarla hacia arriba y cuando va en el aire tomar una piedra del suelo y recibir la que viene cayendo del aire, para luego en otra etapa tirar una piedra al aire y recoger dos o tres del suelo. En nuestro país fue un juego muy popular entre los niños de edad escolar hasta finales de la década de 1990. Posteriormente su práctica pasó a constituir una rareza.

5) Asqui-moco: a comienzos de la década de los 40, el científico de General Electric James Wright trabajaba en una goma artificial que pudiese ayudar en la guerra cuando mezcló ácido bórico y aceite de silicio. En vez de eso creó accidentalmente el asqui-moco, una maza gelatinosa que incansablemente se lanzaba contra la pared, manchando todo.

6) El Flota flota: es una especie de flotador para la pileta, muy demandado en los 90, se vendían de varios colores y su característica principal era que sólo se conseguían con forma de vara. Curiosamente son muy incómodos para su uso.

Pasaron los 90 y efectivamente a 20 años del auge del juguete inútil, se han inventado gran cantidad de artefactos para el entretenimiento que distan mucho de lo que antes existía. La Playstation, la Wii y los juegos de pc han arrasado con todo y misteriosamente, a pesar de la gran tecnología que los caracteriza, son mucho más alienantes e inútiles que los juegos que años atrás estaban de moda y salían poco menos de $20.

jueves, 1 de abril de 2010

Otro descubrimiento de Marcelo Danilo

ESCÚCHENLO, VALE LA PENA.

martes, 30 de marzo de 2010

Lección del martes 30 de marzo de 2010

Leyendo un pequeño cuento, hoy llegué a la conclusión de que la igualdad es sólo una ilusión.

martes, 16 de marzo de 2010

La verdad sobre los hombres, por una mujer despechada

Los datos que voy a contar en el siguiente relato son resultado de una tarde pensativa en la que me transformé una feminista asquerosa ¿Por qué? Simplemente porque soy mujer. Rencorosa y carente de puntería para el hombre perfecto. O casi perfecto. A veces me pregunto, ¿un hombre perfecto es una mujer disfrazada? No lo sé. Nunca pude comprobarlo, pero aquí van mis conclusiones sobre experiencias pasadas al lado de un manojo de testosterona.

1.El 90% de los hombres cree que la mujer es lo que rodea a la vagina. El otro 10% es virgen. O ciego.
2.El 50% de los hombres pueden llegar a gastar grandes cantidades de dinero para lograr llevar a la cama a una mujer.
3.El 70% de los hombres buscan a una mujer que se parezca a su madre. O sea, que cocinen, laven y planchen igual que ella.
4.El 80% de los hombres creen que una mujer atractiva es tonta y una mujer fea es inteligente.
5.El 65% de los hombres creen que los accidentes automovilísticos son producto de una mujer al volante.
6.El 75% de los hombres creen que una mujer jefa es lesbiana y forma parte de la barra brava de Nueva Chicago.
7.El 95% de los hombres se fijan en una mujer primero en las glándulas mamarias, si son más grandes que su puño es aceptable. Si son igual a dos huevos de gallina dirigen la mirada a la parte trasera de la mujer. Y si esto es igual a una tabla de planchar pasan a mirar a la mujer de al lado.
8.El 85% de los hombres creen que una mujer que tiene mal humor, tiene pésimas relaciones sexuales. Y el otro 15% creen que le vino.
9.El 99% de los hombres cuando se deprimen cambian de mujer sin dejar a la anterior. Y cuando cumplen los 40 esto se convierte en ley fija.
10.El 100% de los hombres afirman que el deseo constante de tener sexo es meramente una necesidad biológica que debe ser saciada.

Bueno, no queda mucho margen de discusión, a menos que encuentre a mi príncipe azul que me quiera tal cual soy y deje de decirme: “Yo a vos te veo con bigote, sos mi mejor amiga”.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Un grande mi hermano!

Subió un temón en Youtube.com que nadie antes ha subido. Acá está, para que lo disfruten.
"You paint the sky", Jason Scheff.

lunes, 22 de febrero de 2010

MISTERIOS SIN RESOLVER

Viajaba en tren, miraba a la gente alrededor, los bostesos eran tan seguidos que contagiaban. Era un día pesado, caluroso y húmedo. Tan característico de la previa de una gran tormenta. Una situación que para muchos puede sonar a embole, para otros es motivación a sacar la lapicera y cualquier papelucho para plasmar lo que en ese momento pasaba por la cabeza.
Antes de leer esto, por favor, comience a poner una leve sonrisa en su cara. Y antes que todo, no se tome nada en serio. Que estos misterios no me dejen dormir, no significa que a Usted le provoque el mismo efecto...

Yo me pregunto:
1. ¿Por qué la gente corre cuando llueve, si adelante también llueve?
2. ¿Cómo sabe un sordo que se le terminó el mate?
3. ¿Por qué la tostada siempre cae del lado de la mermelada?
4. ¿Por qué siempre excluyen a Mendoza de las promociones?
5.¿Por qué tratamos a los perros como bebés?
6.¿Por qué todo junto se escribe separado y separado se escribe todo junto?
7.¿Por qué da vergüenza eructar o lanzar gases en público y no toser o estornudar?
8.¿Por qué hay tanta diferencia entre las expresiones "hombre público" y "mujer pública?
9.¿Por qué abrimos la heladera como buscando respuestas sin sacar nada?
10.¿Por qué todo lo rico engorda y hace mal?

Alguien..¿se atreve a darme alguna posible respuesta de algunos de estos misterios?

Nadia Brenda Salva

viernes, 19 de febrero de 2010

LA VIDA DE UNA PLAZA MUTILADA

El Bicentenario es la próxima fiesta. Es un nuevo cumpleaños de aquel hecho que todos estudiamos en la escuela. En el día en el que un par de personitas con las gónadas en su lugar, pelearon por una independencia y la propia gobernabilidad. De pronto, un lugar dependiente de otra potencia, se convirtió en autárquico, en maduro y libre.

Supuestamente era el inicio de otra historia, el inicio de la toma de decisiones y la elección de nuevos rumbos. Esto era supuestamente. Pero henos aquí, doscientos años después de un suceso que parecía tener futuro, convertidos en la masa experimental que hace dos siglos, algunos pocos pensaban en nuevo mundo. Hoy, sin ser pesimista, sin pertenecer a ninguna doctrina religiosa, política o social, veo a mi entorno y percibo muchas clases de avances. Avances en delincuencia, ingeniosas técnicas de persuasión por parte de docenas de dirigentes políticos, increíbles maniobras de fraude y lavado de dinero, observo detalladamente el trabajo fino que se toma cada violador para con sus victimas, veo progreso en la inseguridad y penumbra en la salud. Observo detenidamente como la educación se va a pique y ninguno deja de improvisar nuevas alternativas, o supuestos mecanismos de innovación. Algunos dicen: -que se lleven más materias, esto menguará la deserción escolar. Otros reclaman: -más planes o paramos el país, y podemos comenzar con la previa. Inmovilizando media Ciudad de Buenos Aires. Por ahí, se escucha que el máximo poder del país (y obviamente no es Bergoglio), aconseja comer carne de cerdo para pasarla mejor en la cama. ¿Qué habrá querido decir? ¿Qué a ella le funciona y por eso, pase lo que pase en su Nación, conservará la calma y la paz? ¿Qué quiere decir eso de “no viajo a China porque el Vice no cumple correctamente su papel”? Estamos sacando trapitos al sol me parece…

Luego, para continuar con los festejos del Bicentenario, alguien que “dirige” la Ciudad de Buenos Aires, se cansó de cometer furcios y para festejar a lo grande su reivindicación, optó por hacerle un favor a la emblemática plaza de Pappo -o conocida como Plaza Roque Sáenz Peña- y “podó” el centenario ombú que refrescaba con su sombra las tardes de mates y biscochos en el pasto. Así es, puse la palabra “podo” entre comillas. Porque realmente no se le cortaron las hojitas al viejo ombú, sino que se lo asesinó en múltiples partecillas. Una sierra en manos de un o unos, incompetentes, poco a poco fueron matando el verde de esas hojas y reemplazando la vida por muerte. Tal como debería ser la premisa o el slogan de este pronto bicentenario. Maldita sea la ignorancia de tantos que tomaron el poder y los que se creyeron con la autoridad suficiente como para hacer semejante acto de vandalismo. Y si, es vandalismo. Prefiero mil veces pensar que un graffiti en una pared es arte. Si contar… la línea A del subte, está forrada con graffiti de ingeniosos artistas del aerosol.

Pero, ¿y ahora? ¿Qué quedó de un pobre ser vivo mutilado? ¿Dónde están todos esos grandes brazos que nos daban oxigeno y cubrían de los rayos de sol? ¿Quién cree que tiene tanto poder como para arrasar con lo que le obstruya el camino? ¿Esta era la tierra de la libertad? ¿Y el respeto por la vida cree que es solo aplicable a un feto en plena gestación? Vida es aquel ser vivo que solo esperaba que la lluvia lo riegue sin pedirle nada a cambio. Vida es ese que se aguanto lluvias, tormentas y calores extremos.

Gente, personas de verdad, vecinos con garra, con pasión, esos mismos que hace tres años festejaban la inauguración de una hermosa plaza, ahora pelean más que nunca y parece que la palabra resignación no forma parte de su léxico ni de su vida. Así lo demuestran, con años de trabajo intenso, con dinero sacado de su propio bolsillo para un espacio mejor para todos. Para hacer de un sueño en una bella realidad. Vale mirar bien dentro de los ojos que miran para construir. Son las personas las que hacen el lugar, no el lugar a las personas. Cualquiera que no crea que esto es así, que por favor, se acerque a observar o escuchar lo que un gran grupo humano tiene para decir. No son héroes aquellos con capa y que vuelan. No son héroes esos que se muestran por televisión las 24 hras. Son estos. Los que con perfil bajo buscan ser oídos y proclaman que la vida sea respetada así como cualquier ser viviente que respire. El ombú respiraba y nos daba un poco de eso con su sombra fresca los días de intenso calor.

La Asamblea de Vecinos de Villa Mitre y Santa Rita se junta, cual ritual, todos los domingos en la plaza de 11 a 19 horas. Esta gente es la que continúa luchando para que todos tengamos un lugar público donde relajarnos, tocar el pasto y ver el cielo acostado sobre la naturaleza en medio de la jungla del cemento. Este grupo humano es el que mira a los ojos de quien dirige para exigir lo que corresponde sin chuparse el dedo. Estas personas son las que denuncian la injusticia y con sudor, trabajan por un lugar mejor.

Ese era nuestro ombú. El mágico ser que custodiaba la Plaza del Carpo.

Por Nadia Brenda Salva

sábado, 6 de febrero de 2010

DE MENTES


Las nuevas enfermedades de los porteños

Es bien sabido que la velocidad en estos tiempos prima ante todo. La ciudad de Buenos Aires vuela. Sus integrantes, sus pobladores no paran de correr. Los almuerzos casi no existen, la comida al paso está de moda y tiene sus consecuencias. El subte siempre es más rápido que el colectivo, por ende se viaja casi de manera insalubre, pegados unos a otros, con calor y situaciones desagradables. El microcentro es intransitable desde las 9 de la mañana hasta las 16, aproximadamente. Y no sólo se congestionan las principales avenidas, sino que hasta las veredas son un caos. Tanta velocidad y tanta urgencia provocan las más inusuales enfermedades, de las cuales algunas llegan a transformarse en crónicas.

¿Quién no asocia la palabra psiquiatra con locura? ¿Quién ha dejado el prejuicio de lado con respecto a lo que usualmente se llama salud mental? Aquí en la ciudad de Buenos Aires, ya se suman más pacientes con síntomas de pánico, ansiedad y fobias.

De repente, la vida de alguien con su trabajo estable, una familia y un fin de semana para descansar pasa a ser una vida del temor. Un temor sin causa alguna superficialmente, inconmensurado. Raro. El temor a que llegue la noche y que, al apoyar la cabeza en la almohada, aparezca la peor pesadilla antes de dormir: el insomnio. La causa inexplicable que nos deja los ojos más abiertos que nunca. ¿Cómo no sufrirá insomnio o problemas para conciliar el sueño una persona que llega a su casa cargada de la adrenalina del día? ¿Cómo dejar esa carga detrás de la puerta de casa? Muchos suelen llevar su trabajo a la cotidianeidad del hogar, y ahí empiezan los problemas. Donde la barrera entre la carrera de todo un día y el relax no aparece.

Nictofobia es el terror a que llegue la noche, e inexplicablemente aparece en la vida de un pobre empleado que siente que no tiene las suficientes molestias como para sufrirlo. Es la típica pregunta formulada: ¿por qué a mí?

La noche muchas veces es el perfecto escenario de los niños y jóvenes en contacto con la tecnología. Sin la precaución de sus padres, se lanzan a chatear, a navegar por Internet en sitios insólitos, se enchufan en su cerebro la tan célebre Playstation, se alienan con mensajes de texto desde los más sofisticados celulares. Y de repente, son las 4 AM y la personita en vías de crecimiento aún no se ha arrimado a su cama. Si bien los niños de hoy saben mucho más que la generación anterior, el exceso del consumo tecnológico formará parte de una consecuencia insana para su desarrollo intelectual y hasta social.

Los niños ermitaños tienen razón de ser. En cuatro paredes encuentran algo más atractivo que una tarde soleada en una canchita de fútbol.

Una de las enfermedades que más ha crecido, en los últimos tiempos, son las mentales. Y la ansiedad pasa al primer lugar en ellas. Se trata de inquietud, tensión muscular, preocupación excesiva y trastornos en el sueño (insomnio, pesadillas, sudoración). Este tipo de enfermedades no discriminan en pacientes. Desde los 20 años, los síntomas ya pueden percibirse.

Pánico. La terrible sensación de muerte inminente cada vez atrapa a más personas en vísperas de su madurez. Quiero decir que al salir de la secundaria e ingresando a estudios con mayor complejidad aparecen los exámenes, y en esa época, el pánico aparece sin esperarlo. Muchos estudiantes lo sufren. Muchos a la corta edad de los 18 años ya consumen ansiolíticos y antidepresivos. Ya es cosa del pasado que la abuelita se tome un Rivotril o la pastillita para bajar un cambio e irse a dormir. Ahora, es cosa de todos y de todos los días.

Agorafobia, el temor a estar en lugares públicos. Imaginemos la situación de una persona que no puede ir al cine, que no puede disfrutar un paseo de compras o que ni siquiera puede ir a comer con sus amigos por un temor que lo invade sin explicación.

Ya es normal: todos y todas estamos locos. Locos de ansiedad, de miedo. La inseguridad no fomenta ninguna solución, las pastillas son sólo un parche ante la enfermedad. Y el estrés, definitivamente, es la enfermedad del siglo XXI.

¿Cómo modificar estos síntomas y actuar para que no nos ataquen estas inesperadas enfermedades mentales? Existe desde 1986 una técnica llamada Slow Life (algo así como la vida lenta), que consiste en bajar un cambio a la velocidad en la que actuamos todos los días, comer saludable y prestarle atención a las pequeñas cositas de la vida que pasan por alto. Es de lo más sencillo y reparador, y no se incluyen pastillas antidepresivas en esta técnica.

Se trata de dormir lo necesario respetando las horas mínimas de sueño. También es importante ingerir una dieta con alto contenido en frutas y verduras, y bajar el contenido en grasas. Practicar un hobby que dé tranquilidad, practicar actividad física moderada, no saturar la agenda con actividades, realizar una actividad a la vez -no varias al mismo tiempo-, no mirar el reloj a cada rato, comer despacio y masticar bien, disfrutar de la soledad y de una charla, dejar lugar en la agenda para pasar tiempo con amigos o algún momento de ocio.

Todo puede cambiar, si uno mismo se propone bajar la velocidad al transitar su propia ruta.


Nadia Brenda Salva

domingo, 24 de enero de 2010

¡Ja, ja, ja, ja...!

Reírse es muy bueno porque movemos muchísimos músculos y esa sola actividad, relaja.
Riamos al menos diez minutos al día, porque:

  • La risa adelgaza
  • La risa eleva el nivel de endorfinas
  • Tiene efectos analgésicos
  • Mejora el sistema inmunológico
  • Reduce el estrés y el dolor
  • Mejora el insomnio y hasta rejuvenece

Y un día sin reír es un día perdido...
Por eso, pueden recurrir a estos chistecitos, o al siguiente video cuando quieran reír y no encuentren maneras.
¡Vale la pena intentarlo!

El era tan, pero tan feo que...

Cuando nació, el doctor fue a la sala de espera y le dijo al padre, "hicimos lo que pudimos, pero salió".

Su mamá no sabía si quedarse con él o con la placenta.

Como era prematuro lo metieron en una incubadora (con vidrios polarizados).

La madre en vez de darle el pecho, le daba la espalda.

El era tan peludo. Que a la madre siempre le preguntaban:
Señora, a su hijo, ¿Lo parió o lo tejió?

Una vez se perdió, y le preguntó al policía si creía que íban a encontrar a sus
padres y el contesto: "No lo sé, hay un montón de lugares donde se pudieron haber escondido."

Era tan feo que sus padres le ataban un trozo de carne al cuello al perro para que jugara con él.

Tan feo que una vez lo atropelló un auto y quedó mejor.

Un día lo llamó una chica a su casa y le dijo, "Ven a mi casa que no hay nadie", cuando llegó no había nadie.

El último deseo de su padre antes de morir era que lo sentaran en sus piernas. Lo habían condenado a la silla eléctrica.

¡Aprendan de este! ¡Es un bebé!

Porque un error, lo comete cualquiera. ¿Cualquiera?

Aller, bi un errorsito en la verción web del diario Klarin. No voy a escrivir una intro, porke una imajen bale más que mil palavras.

Pero aclaro algo, el lema de nuestro programa radial, MEA CULPA, dice: "un error lo comete cualquiera", ací que solo resta reírce un rato y darce cuenta de que los orrores ortográficos, nos persiguen a todos...o no?

miércoles, 20 de enero de 2010

Utopías veraniegas. Y no tan veraniegas de la Ciudad de Buenos Aires.

La felicidad y la libertad viajando por la ciudad porteña

Por Nadia Brenda Salva


En general, por no decir en su totalidad, el ciudadano porteño se queja constantemente de la manera en la que viaja por la ciudad de Buenos Aires. Las líneas de colectivo muchas veces no tienen suficiente cantidad de unidades, por lo cual, la espera se torna eterna. Y aparece a lo lejos ese colectivo repleto de gente amontonada, que ni moverse puede. Por eso, la frase “viajamos como ganado” es tan característica del porteño intolerante. Esto no es todo. El viaje en subte, sea la línea que sea, también presenta sus percances. En ciertos momentos del día, llamados “horas pico”, los subtes colapsan y sus pasajeros también. Se puede observar la mirada agobiante de muchos, los sonidos guturales de otros, y en última instancia, los pequeños y notorios empujones para abrirse camino.

Viajar en la ciudad porteña no es tarea fácil. Optar por el auto (sea propio, taxi o remise), no garantiza un viaje rápido y en paz. La soledad o el espacio que tiene el que viaja en auto no garantiza alejarse del caos del tumulto humano. Muchas veces, es peor elegir el auto para viajar, porque es propenso a meterse en un embotellamiento sin salida alguna, o bien porque no se encuentra espacio para estacionar, o porque la suerte no acompañó y el auto decidió dejar de andar.

Parece una premisa fundamental soportar un viaje en la ciudad. Parece que estamos condenados al conformismo de que el tránsito y los vehículos son un verdadero karma, imposible de desarraigar. Y peor aún, no hay alternativas.

¿Se puede viajar relajado en la Ciudad? ¿Uno se puede abstraer por unos minutos de la realidad y “viajar” con los sentidos a otro lugar? ¿Es posible convertir lo caótico en placentero? Una sola respuesta se desprende de todos estos interrogantes. Sí. Sí se puede.


No hay persona que conozca que le desagrade la música en su totalidad. Siempre hay una banda de cabecera, o un solista, o simplemente una canción. A todos nos mueve el piso las melodías bien encadenadas de una composición musical. Y tendemos a escucharlas, a tararearlas, a cantarlas. Y a volver a escucharlas. Muchas veces indefinidamente. Entonces, ¿por qué no subir al colectivo (repleto de gente o no) con los auriculares puestos? Con una selección de temas musicales capaces de llevarnos a otro sitio, o simplemente de transportarnos a otro momento. El viaje en colectivo puede ser fácilmente un momento de distensión, de observar la ciudad, sus calles y su gente, con un fondo sonoro de nuestro agrado; puede hacer de lo que antes era un desafío, algo relajante. Casi con un pequeño aire de libertad porque, si bien vamos a un destino determinado, en nuestros oídos y en nuestra mente se vislumbra otro espacio. Otro aire, y otro momento.

Sería algo parecido a retraernos de la situación, alienarnos un poco a nuestro beneficio con una espléndida melodía. Por mi parte, ha funcionado.

He llegado a relajarme de pie con la espalda apoyada en un caño del colectivo. Me he relajado, aún sabiendo que a causa del tránsito pesado, llegaba tarde a destino. No hay más que hacer, sino adaptarse a las circunstancias y momentos. Qué mejor que con nuestra propia selección de temas musicales acompañándonos.


Las imágenes que uno puede recoger en la retina mientras viaja en colectivo son variadas y en cantidad. A veces, jugar a complementar las imágenes con la música puede ser un momento de distensión. Una balada siempre va a encontrar a dos jóvenes besándose apasionadamente, y muchas veces nos retrotrae a nuestras propias vivencias. Un rock pesado se complementa a la perfección con la imagen de una construcción, con todas esas toscas herramientas, golpes insoportables y el trabajo bajo el sol de cada obrero. ¿Por qué no un bebé durmiendo bajo la guarda de su madre mientras resuena el tan dulce sonido de la composición clásica? La música no ocupa espacio, no pesa, no interrumpe el paso y, por último, es exclusivamente nuestra.


Viajar en subte a esas “horas pico”, cuando los cansados empleados ejercen presión en el afán de subirse al primer vagón, es un tormento. A tal punto que hasta provoca un gran malestar colectivo. El roce constante con un total desconocido puede resultar muy tedioso, sobre todo cuando no hay más remedio y se vuelve totalmente inevitable.

Insisto. La música apacigua a las fieras, y a veces, también nos transformamos en fieras desesperadas por llegar a casa, después de un viernes agitado de papeleríos y gentío.

El viaje es bajo tierra, y fijar la mirada en el túnel donde transitamos, también puede funcionar como distensión, o relajación. Es un viaje subterráneo que por momentos se torna totalmente oscuro, y de a ratos ve la luz. El cablerío del subte suele chocar con el techo del puente (la calle en su parte inferior) y se desprenden chispas que asemejan destellos en la oscuridad. Verlo, tan sencillamente, con detalle, relaja. Nos dispersa en pensamientos, que seguramente no tienen nada que ver con el objetivo del viaje. Y esa es la idea.


Llevar un buen libro, si está la posibilidad de ocupar un asiento, sea en el vagón que sea, es también un muy buen aliado para el despeje. El subte no anda “a los saltos” o frenando de golpe como usualmente lo hace el colectivo. Por ello se tiende a leer de manera más cómoda, y a disfrutar la lectura. ¿Por eso debe ser que reparten diarios en las estaciones de subte y no en las paradas del colectivo, que también concentran gran caudal de pasajeros? Sea como sea, puede observarse tranquilamente como se estiran las manos de los viajantes al rescate de algún ejemplar, cuando estos no tienen su libro en mano, u otro papel escrito para evocar concentración.

El placer de la lectura, camino a un rumbo conocido, hace que por un momento integremos una historia que no nos corresponde, pero pasemos a ser parte.


¿Han sentido la diferencia que se experimenta al caminar en “silencio”, a diferencia de caminar con música en los oídos? Correr al ritmo de Chill Out*, correr al ritmo de Trip Hop**, marca la diferencia. Hasta puede transportarnos a la orilla de una playa, mientras nuestros pies golpean con velocidad el duro asfalto de la ciudad, lejos de la arena y la cómplice brisa marítima. La melodía nos hace libres de ubicarnos en el punto deseado.


Cuando la alternativa es el auto, hay opciones de relajación que pueden servir mucho, por más que estemos anclados en medio de microcentro. Es importante no dejarse llevar por la ansiedad de que el reloj determina nuestra vida, sino saber ajustarse a las situaciones puede resultar beneficioso en primera instancia.

Apoyar la cabeza cómodamente en el asiento, como si fuese el sillón de nuestro living es otra clave para la relajación y el disfrute de un viaje en auto a donde sea. Mucha gente se distiende conversando con el chofer, siempre y cuando éste esté dispuesto a ello. En general, el chofer del taxi conversa, y uno termina teniendo una mini terapia o haciendo catarsis con un total desconocido. A veces suele pasar, que el día cambia rotundamente luego de hablar con una persona ajena a nuestro círculo social.

Quizás, ellos también sientan esa sensación del desahogo de sus inquietudes o críticas hacia cualquier tema, y nosotros pasamos a ser, sin querer, ese psicólogo, o ese oído prestado anónimamente.

El viaje en la Ciudad es una vía de escape, un cable a tierra para algunos, un momento con uno mismo, un poco de relajación, algo de soledad, un encuentro con imágenes reales del pasado o algún invento para futuro. Esta sensación de libertad, ¿será lo más parecido a la felicidad? Me arriesgo a confirmarlo, aunque sea por breves minutos.


Este viaje, sea en colectivo, sea en subte o en auto, puede llegar a ser el momento más relajante del día, si sabemos como sacarle provecho, tanto con nuestra música, como con una lectura o simplemente observando nuestro alrededor, mirando desde otra óptica, desde el movimiento y el recuerdo de imágenes fugaces, que quizás atraviesen nuestra mente en más de una oportunidad.


* Se refiere a un género musical contemporáneo que engloba a gran cantidad de vertientes dispares de géneros musicales con un rasgo en común: su composición armoniosa y relajada.

** Es un término creado por la revista inglesa Mixmag, para describir el trabajo de DJ Shadow, que daba al oyente la impresión de estar en un viaje

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